jueves, 29 de mayo de 2008

OT ya no es lo que era

Después de haber visto ya unas cuantas galas del reality Operación Triunfo, emitido por la cadena privada Telecinco, estoy en condiciones de afirmar que este programa va en decadencia. No tengo ningún tipo de problema en admitir que he sido seguidora del concurso, en mayor o menor medida, a lo largo de todas sus ediciones, y es más, he disfrutado de él, pero ahora creo que se les está yendo de las manos. Por varios motivos.

En primer lugar, la incesante publicidad, ya no subliminal, sino directa y sin contemplaciones, que va apareciendo a lo largo del programa. Las largas pausas publicitarias, el merchandising del propio concurso, los patrocinadores que también tienen su sitio (por algo pagan)... Todo esto hace perder ritmo al espacio televisivo y que el telespectador se canse. Cierto es que Operación Triunfo se ha caracterizado desde sus inicios por vender productos comerciales a destajo, pero actualmente es exagerado.

Luego está el papel del jurado y más concretamente el del célebre Risto Mejide (el más inteligente) que ha sabido aprovecharse del tirón que tuvo a raíz de la anterior edición. Sí que es verdad que bastantes de las sandeces que dice tienen fundamento verídico, pero un plató de televisión no es el lugar ni el momento de jugar con unas personas a quienes les importa lo que están haciendo y que han sufrido, cada uno a su manera, por estar ahí. Con esto quiero decir que en el trasfondo está la inevitable lucha por la codiciada audiencia y quienes pagan por ella son los jóvenes concursantes. Nunca hay que perder la educación ni los modales, menos aun si te están viendo cientos de miles de personas.

Sin ir más lejos hace unas semanas, en el momento que Mejide emitía la valoración de Tania S., una de las más jóvenes de la Academia, la nominó a título personal sin tener en cuenta las opiniones de los otros tres componentes del jurado. Esto hizo aumentar la tensión (y en consecuencia subir la audiencia) y supuso que tras unos segundos de incertidumbre Noemí Galera, la portavoz, contradijera a su colega de mesa y dejara avanzar a la concursante para que se reuniera con sus otros compañeros. Esta espontánea equivocación ya pasó de manera similar en el anterior programa con otra concursante.

Se ha hablado mucho de si los miembros del jurado siguen un guión, de si está todo preparado... Personalmente, creo que se están retratando ellos mismos. La dirección del programa sabe que los minutos de nominaciones son los puntos máximos de audiencia, incluso hay gente que confiesa ver el programa únicamente por las opiniones ácidas de Mejide, y esta es una de las maneras para mantener la atención del público y que no cambie de canal.

En definitiva, que se está perdiendo, o mejor dicho, ya se ha perdido la idea originaria de este concurso (al margen del negocio comercial que lo rodea): descubrir a artistas anónimos que sean los verdaderos protagonistas del programa y formarlos para que se conviertan en cantantes de éxito.

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